La expresión "David contra Goliat" la
hemos aceptado en nuestro cotidiano como una metáfora de las victorias
improbables, donde hacemos referencia a una parte débil que se enfrenta a otra notablemente
más fuerte. Pero si David tiene todas las probabilidades de perder, ¿cómo es posible
que le haya ganado a Goliat? ¿Qué es lo que hay detrás de esta historia?
David y Goliat eran evidentemente
guerreros de ejércitos diferentes. Goliat formaba parte de los Filisteos,
mientras que David era un soldado del ejército del Reino de Israel, liderado por el Rey Saúl. Cuenta la
historia que estos dos ejércitos se encontraron frente a frente separados por el valle de Elah, en Israel. Al estar divididos por un valle, ninguno de los ejércitos se atrevía
a atacar al enemigo, porque atacar significaba tener que bajar de la montaña, quedando totalmente desprotegidos en la parte baja del valle. Y la solución al problema fue apelar
por la batalla individual, que consistía en que cada ejercito enviaba al mejor
de sus guerreros y entre los dos se resolvía el problema con derramamiento de sangre menor.
LOS GUERREROS:
La elección para los Filisteos fue muy sencilla. Goliat era sin duda el guerrero más fuerte, era un gigante de 2.9 metros de alto con características totalmente aterradoras. De hecho, cuando los israelitas vieron a Goliat, ninguno quería pelear contra él porque lo consideraban un suicidio. Sin embargo es allí cuando aparece David, un joven pastor, ofreciéndose como voluntario para la batalla, argumentando que tenía experiencia luchando contra lobos y leones mientras protegía a su rebaño. El Rey no estaba de acuerdo porque sabía que la desventaja era muy grande, pero no tenía otra opción.
LA BATALLA:
Después de convencer al Rey Saúl, David recoge unas piedras del suelo, las pone en el zurrón y empieza a bajar la ladera para enfrentarse al gigante sin ningún tipo de armadura, con una honda y un palo de pastor. La manera como David derrota Goliat parece ser muy sencilla; se acerca a Goliat hasta una distancia prudencial, agarra una piedra, la pone a girar en la honda y la lanza golpeando a Goliat en la frente justamente entre los ojos. Cuando Goliat cae al suelo inconsciente, David corre hacia él, le roba la espada y le corta la cabeza.
LA REFLEXIÓN:
Se dice que David está en desventaja porque es un niño pastor, mientras que Goliat es un guerrero experimentado. Sin embargo, cuando se analiza detalladamente la historia, aparecen ciertos detalles que vale la pena comentar para entender qué es lo que hay detrás.
Y es que David no le gana a Goliat por casualidad. Lo primero que hay que saber es que en el mundo de la guerra hay tipos de guerreros con habilidades y armas distintas a la hora de la batalla. Goliat era un guerrero de infantería pesada, que luchaba hombre a hombre con un espada y un escudo. David, aunque es un pastor y no propiamente un guerrero, lo único que lleva es una honda, que era un tipo de arma utilizada por artilleros para lanzar proyectiles desde distancias considerables con increíble precisión. De manera que a la hora del combate el hecho de que Goliat fuera un gigante representaba una ventaja para David porque le permitía acertar con mayor facilidad en el blanco.
En segundo lugar, han habido investigaciones que relacionan el tamaño de Goliat con una enfermedad que se llama acromegalia, que se trata de un tumor benigno en la glándula pituitaria que hace que segregue mayor cantidad de hormonas de crecimiento. Por eso Goliat es tan grande. Pero además de afectar el tamaño, esta enfermedad tiene efectos secundarios relacionados con la visión. El tumor cuando crece presiona los nervios del cerebro y afecta la vista, reduciendo en una cantidad considerable la visibilidad de la persona.
En definitiva, Goliat está esperando pelear cuerpo a cuerpo con el enemigo, pero David no va dispuesto a pelear de esta manera, es más ni siquiera se acerca lo suficiente. Además, ¿por qué Goliat no se percata que David no tiene armadura, ni espada y está a punto de usar un arma diferente? ¿Por qué no se protege? La respuesta pudiera ser: porque no lo ve bien.
La principal enseñanza de esta historia radica en que el énfasis no debe estar en el problema en sí mismo, sino en cómo lo enfrentamos. En la actualidad podemos encontrarnos con enemigos que pueden parecer gigantes asustarnos por sus tamaños, pero a veces lo que parece una gran amenaza puede convertirse en nuestra gran oportunidad, si usamos el arma adecuada.
LA REFLEXIÓN:
Se dice que David está en desventaja porque es un niño pastor, mientras que Goliat es un guerrero experimentado. Sin embargo, cuando se analiza detalladamente la historia, aparecen ciertos detalles que vale la pena comentar para entender qué es lo que hay detrás.
Y es que David no le gana a Goliat por casualidad. Lo primero que hay que saber es que en el mundo de la guerra hay tipos de guerreros con habilidades y armas distintas a la hora de la batalla. Goliat era un guerrero de infantería pesada, que luchaba hombre a hombre con un espada y un escudo. David, aunque es un pastor y no propiamente un guerrero, lo único que lleva es una honda, que era un tipo de arma utilizada por artilleros para lanzar proyectiles desde distancias considerables con increíble precisión. De manera que a la hora del combate el hecho de que Goliat fuera un gigante representaba una ventaja para David porque le permitía acertar con mayor facilidad en el blanco.
En segundo lugar, han habido investigaciones que relacionan el tamaño de Goliat con una enfermedad que se llama acromegalia, que se trata de un tumor benigno en la glándula pituitaria que hace que segregue mayor cantidad de hormonas de crecimiento. Por eso Goliat es tan grande. Pero además de afectar el tamaño, esta enfermedad tiene efectos secundarios relacionados con la visión. El tumor cuando crece presiona los nervios del cerebro y afecta la vista, reduciendo en una cantidad considerable la visibilidad de la persona.
En definitiva, Goliat está esperando pelear cuerpo a cuerpo con el enemigo, pero David no va dispuesto a pelear de esta manera, es más ni siquiera se acerca lo suficiente. Además, ¿por qué Goliat no se percata que David no tiene armadura, ni espada y está a punto de usar un arma diferente? ¿Por qué no se protege? La respuesta pudiera ser: porque no lo ve bien.
La principal enseñanza de esta historia radica en que el énfasis no debe estar en el problema en sí mismo, sino en cómo lo enfrentamos. En la actualidad podemos encontrarnos con enemigos que pueden parecer gigantes asustarnos por sus tamaños, pero a veces lo que parece una gran amenaza puede convertirse en nuestra gran oportunidad, si usamos el arma adecuada.
Nota: toda a información de este artículo fue recopilada en el libro de Malcolm Gladwell La historia no contada de David y Goliat.
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