El juego de la cuerda es relativamente sencillo; los equipos tienen que halar de la cuerda con la mayor fuerza posible con el objetivo de que el banderín, que está en el medio de la soga, sobrepase la línea. Es un juego de fuerza, energía y poder.
Los participantes sudan, tiemblan,
gritan, se enrojecen sus rostros, y hasta se resbalan mientras aplican toda la
fuerza posible. Sin embargo, la mayoría de la energía que se aplica en un lado
de la cuerda es anulada por el otro equipo que tira con la misma o mayor intensidad
hacia el lado opuesto.
Este juego puede ayudarnos a ilustrar lo que hoy como sociedad nos ocurre. Generalmente tenemos un conflicto donde existen únicamente dos posturas. Los que se identifican con la postura A tiran hacia un lado, los de la postura B lo hacen hacia el otro. Dos bandos que imprimen muchísima energía intentando que los rivales pasen la línea y pierdan el juego. Nos estamos cansando demasiado en demostrar al otro equipo que somos más fuertes que ellos. Sigue siendo un juego de fuerza y poder, pero no es constructivo. Es un juego que resta más de lo que suma y que además está compuesto por energías que se anulan y no mueven. Y lo poco que mueven, es para que el equipo contrario caiga en el lodo.
Los tiempos de hoy nos exigen una actitud distinta en el juego de la política, la educación, los negocios y la vida en general. Si queremos lograr resultados diferentes, y sobretodo significativos, es necesario darnos cuenta que debemos empezar a aplicar energías que generen movimiento, que nos impulsen a actuar, a emprender proyectos, a lograr cosas. En otras palabras: a sumar y agregar valor en diferentes contextos. El reto de hoy está en usar la energía para generar cosas positivas. No existen únicamente dos alternativas, pueden haber tres, cuatro, cien o mil. Pero hay que crearlas.
Este juego puede ayudarnos a ilustrar lo que hoy como sociedad nos ocurre. Generalmente tenemos un conflicto donde existen únicamente dos posturas. Los que se identifican con la postura A tiran hacia un lado, los de la postura B lo hacen hacia el otro. Dos bandos que imprimen muchísima energía intentando que los rivales pasen la línea y pierdan el juego. Nos estamos cansando demasiado en demostrar al otro equipo que somos más fuertes que ellos. Sigue siendo un juego de fuerza y poder, pero no es constructivo. Es un juego que resta más de lo que suma y que además está compuesto por energías que se anulan y no mueven. Y lo poco que mueven, es para que el equipo contrario caiga en el lodo.
Los tiempos de hoy nos exigen una actitud distinta en el juego de la política, la educación, los negocios y la vida en general. Si queremos lograr resultados diferentes, y sobretodo significativos, es necesario darnos cuenta que debemos empezar a aplicar energías que generen movimiento, que nos impulsen a actuar, a emprender proyectos, a lograr cosas. En otras palabras: a sumar y agregar valor en diferentes contextos. El reto de hoy está en usar la energía para generar cosas positivas. No existen únicamente dos alternativas, pueden haber tres, cuatro, cien o mil. Pero hay que crearlas.
Y tú ...¿cómo inviertes tu energía?
"Si sigues haciendo lo que has estado haciendo, seguirás consiguiendo lo que has estado consiguiendo"
Stephen Covey.
No hay comentarios:
Publicar un comentario